sábado, 13 de febrero de 2010

Simbolo de la ceniza

"Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás".

La ceniza habla de caducidad, de lo perecedero. La ceniza es también signo de la posibilidad de resurgir.

La ceniza simboliza el árbol quemado y calcinado. Fue precisamente en un árbol -el árbol de la cruz- donde Jesucristo fue crucificado. Evoca la cruz y anticipa también la Pascua. El árbol de la cruz es el árbol de la vida.

La ceniza nos llama asimismo a la humildad, a la austeridad. Nos alerta sobre el orgullo y la autosuficiencia. ¡Qué más pobre e insignificante que la ceniza!

La ceniza nos interpela a poner el fundamento de nuestra existencia en Jesucristo, Hoja y Árbol perennes. Sólo El nos puede liberar de la destrucción, de la corrupción y de la muerte. Cristo es la verdadera y única medicina de inmortalidad y eternidad.


La ceniza es símbolo de conversión. Por eso, al imponer la ceniza, la fórmula más usada es la que dice: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.

La ceniza cristiana es:

* Que no te gloríes de ti mismo: Tus talentos los recibiste para servir.
* Que no te consideres dueño de nada: eres sólo un humilde administrador.
* Que aprecies el valor de las cosas sencillas y humildes, de los pequeños gestos cotidianos.
* Que vivas el momento presente en compromiso y esperanza, vislumbrando en el quehacer de cada día el rostro de la eternidad.
* Que no temas desesperadamente al sufrimiento, al dolor, a la destrucción, a la muerte: La ceniza surge de un árbol y para los cristianos ese árbol no es otro que el árbol de la cruz de Jesucristo, el árbol de la Vida para siempre.